
Allí le pusieron la pulserita, le miraron la fiebre y le realizaron una exploraración completa, incluyendo una ecografía vaginal.
Esta vez pudo verte bien, incluso cómo te movías. Yo me lo perdí porque no me permitieron entrar en la sala.
Al final recetaron un jarabe e indicaron que en caso de subirle la fiebre o si tuviera dificultades respiratorias acudiera nuevamente.

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