Creo que vosotros os merecéis todo mi cariño, mis abrazos, mis risas, mis logros... ¿Os dais cuenta de cuántas cosas sé hacer ya? Y todo lo he aprendido gracias a vosotros.
Ya sé decir varias palabras: algunas tienen más de un significado, pero sólo me entienden bien mis padres (y no siempre). Lo que mejor digo es un NO fuerte y firme, sobre todo cuando algo no me gusta o cuando me quieren quitar un juguete o cuando me toca salir de la bañera o interrumpir un juego.
Me gusta comer solo con mi tenedor y si yo no puedo “pinchar” pediré que me lo hagáis. También romper papeles y arrancar las páginas de una revista porque hacen un ruido muy divertido.
Subo y bajo las escaleras de la mano de un adulto, contando en voz alta UNO, DOS, TRES...
Necesito espacio para correr, salir al campo a menudo, tomar un poco el sol cada día, descubrir el tacto de la hierba, de la arena, del agua de un arroyo, de la nieve, el olor de la lluvia, el sabor del mar.
No me conviene comprobar que mis trastadas son recibidas como una “gracia” (porque seguiré haciéndolas para llamar la atención), con indiferencia (porque haré alguna “peor”) ni con un broncazo o un azote (porque el temor no me enseñará a hacer las cosas mejor) ¿Donde está el punto justo? He aquí tres claves: distinguid un “accidente” involuntario de la transgresión de una norma, detectad si alguna de las “normas” es absurda o intrascendente (mejor que haya pocas pero bien claras) y recordad que ningún bebé es “malo”, pero casi todos hacemos algunas cosas mal algún día.
Algunos padres se sienten culpables por trabajar fuera de casa y no cuidar a su bebé todo el día. A veces tratan de compensarle con mimos, regalos o consintiéndole comportamientos que, en otras ocasiones, les parecerían inadecuados. Aunque tengáis poco tiempo para mí, os necesito relajados y alegres, pero también os necesito firmes y serenos. Los bebés necesitamos límites para sentirnos seguros.
Enseñadme a escuchar música de todos los estilos: bailable, melódica, clásica, folclórica...
No os olvidéis de jugar conmigo todos los días un rato: en el suelo, en la bañera, en la cama... y sobre todo reir a diario: de mis payasadas, de vosotros mismos, de la vida...
¡¡Hola Martín !! Ya son 18 meses con nosotros, pareca que fué ayer el día que naciste, ahora ya corremos detras de tí y casi no te alcanzamos.
ResponderEliminarEstas muy grande y eres muy bueno, esperamos que sigas siendo así: creciendo y divirtiendonos.
Muchos besos de los abuelos.....Daniel y Lita
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hola ratón!!
ResponderEliminarya sabes hacer muchas cosas mas, como traladarnos la espalda a tu padre y a mi jugando a el caballito o a rodar por el suelo jeje y ya comes bocadillos!!!
un besito